

Por Raymond Orta y Candy Herera de @Tecnoabogados
Sesgos Cognitivos en la Justicia: Retos y Estrategias para el Abogado Contemporáneo
El ejercicio del derecho, tradicionalmente visto como una disciplina lógica y objetiva, se enfrenta hoy a la evidencia científica de que la justicia es aplicada por seres humanos, cuya toma de decisiones está inevitablemente influenciada por sesgos cognitivos. Esta realidad impone al abogado litigante del siglo XXI no solo la necesidad de dominar la ley, sino también de comprender y gestionar estratégicamente los mecanismos psicológicos que afectan las decisiones judiciales.
¿Qué son los sesgos cognitivos y por qué importan en el ámbito judicial?
Los sesgos cognitivos son atajos mentales automáticos que permiten al cerebro procesar información de manera rápida, pero que también conducen a errores sistemáticos en situaciones complejas, inciertas o ambiguas, como es el caso típico de un juicio. Entre los sesgos más prevalentes destacan:
- Sesgo de confirmación: tendencia a buscar e interpretar información que respalda creencias iniciales, ignorando la evidencia contraria.
- Sesgo de anclaje: dependencia excesiva en la primera información recibida para tomar decisiones posteriores.
- Efecto halo: influencia de una impresión general favorable que afecta la percepción sobre atributos específicos, como la credibilidad.
- Sesgo retrospectivo: percepción errónea de que eventos pasados eran más predecibles de lo que realmente fueron en su momento.
El juez humano: entre la intuición y la deliberación
Según la teoría del procesamiento dual de Daniel Kahneman, existen dos sistemas cognitivos:
- Sistema 1: rápido, intuitivo y emocional, propenso a sesgos.
- Sistema 2: lento, analítico y deliberativo, que consume esfuerzo cognitivo.
En el contexto judicial, la alta carga de trabajo y la presión por decidir rápidamente activan principalmente el Sistema 1, dejando al juez vulnerable a sesgos cognitivos que pueden afectar significativamente la imparcialidad y la calidad de la decisión final.
Estrategias prácticas para el abogado litigante
Para abordar y gestionar estos sesgos cognitivos, el abogado debe adoptar un enfoque de litigación cognitivamente consciente, estructurando su estrategia en varias fases clave del proceso:
1. Preparación del caso
- Realizar una revisión crítica y objetiva del propio caso (estrategia del «abogado del diablo»).
- Usar criterios cuantificables y metodologías sistemáticas para evaluar la fortaleza del caso.
- Investigar activamente argumentos y evidencias contrarias para anticipar posibles ataques.
2. Alegatos de apertura
- Utilizar el storytelling para capturar emocionalmente al juez (Sistema 1).
- Establecer claramente un ancla cognitiva favorable que guíe la interpretación del caso.
- Enmarcar estratégicamente el conflicto en términos favorables para el cliente (framing).
3. Práctica probatoria
- Emplear el interrogatorio directo para reforzar narrativas coherentes y convincentes.
- Realizar contrainterrogatorios controlados para debilitar la coherencia de la narrativa contraria.
- Presentar pruebas técnicas y periciales con claridad, utilizando recursos visuales para reducir la carga cognitiva del juez.
4. Alegatos de clausura
- Sintetizar la narrativa de manera coherente, resaltando la evidencia favorable.
- Refutar explícitamente posibles sesgos del juez mediante una argumentación lógica y detallada.
- Apelar al análisis deliberativo (Sistema 2), facilitando al juez una ruta lógica hacia una decisión justa.
Consideraciones éticas en el manejo de sesgos cognitivos
El uso de estrategias cognitivas debe mantenerse dentro de los límites éticos establecidos por la deontología profesional. No se trata de manipular la percepción judicial, sino de asegurar que la decisión se base en una evaluación justa y completa de las evidencias presentadas. La ética del litigante exige honestidad en la narrativa y respeto absoluto hacia la verdad judicial.
Desafíos emergentes: inteligencia artificial y nuevos sesgos
La incorporación de herramientas tecnológicas basadas en inteligencia artificial (IA) en procesos judiciales introduce una nueva capa de sesgos potenciales:
- Sesgo algorítmico: posibilidad de que los sistemas automatizados perpetúen o exacerben desigualdades existentes en los datos históricos.
- Confianza pública y legitimidad: variabilidad en la percepción y aceptación social del uso de IA en decisiones judiciales.
Ante estos retos, los abogados deben desarrollar habilidades en «alfabetización de datos», exigiendo transparencia algorítmica y realizando críticas informadas sobre la validez y equidad de estas herramientas tecnológicas.
El sistema adversarial como mecanismo de control de sesgos
Aunque diseñado para contrarrestar sesgos mediante la confrontación equilibrada de narrativas y pruebas, el sistema adversarial solo funciona efectivamente si existe igualdad de recursos entre las partes. Por lo tanto, asegurar una defensa justa no es solo una cuestión ética, sino una necesidad práctica para mantener la eficacia cognitiva del sistema judicial.
Hacia una litigación cognitivamente consciente
Dominar la gestión estratégica de sesgos cognitivos en la sala de audiencias es hoy un requisito indispensable para el abogado contemporáneo. Este enfoque no solo fortalece la eficacia argumentativa, sino que también promueve una administración de justicia más justa e imparcial, acercándonos así al ideal clásico de un sistema judicial verdaderamente equitativo.